martes, 20 de noviembre de 2018

Aulas del Instituto


Denominación de aulas del Instituto D-159 “San Benito Abad”
¿Sabías de dónde proviene el nombre de las aulas de nuestra Escuela?
Aula San José
José era descendiente de la estirpe David y padre putativo de Jesús. Vivió en Nazaret ejerciendo el oficio de carpintero y, se cree, murió antes de que comenzase la vida pública de Jesús. Es por lo tanto, el santo de los carpinteros y de los moribundos. San José encarna las virtudes de la honestidad, el amor al trabajo y la fe inquebrantable en Dios.


¿Qué debemos aprender de San José?
El silencio. Hay un silencio de apocamiento, de complejo, de timidez. Hay también un silencio despectivo, de orgullo resentido. El silencio de José es el silencio respetuoso y asombrado, que escucha a los demás, que mide prudentemente sus palabras. Es el silencio necesario para encauzar la vida hacia dentro, para meditar y conocer la voluntad de Dios. José es el santo que trabaja y ora. Trabajar bajo la mirada de Dios no estorba la tarea, sino que ayuda a hacerla con mayor perfección.



Aula Santa Gertrudis:
Etimológicamente, Gertrudis es una palabra que significa “fiel defensora”. Es la patrona de las personas místicas, porque ella fue la primera gran mística de quien se tenga historia. También es conocida por pregonar la devoción al Sagrado Corazón y a San José.
Santa Gertrudis Enseña al mismo tiempo que "la adversidad es el anillo espiritual que sella los esponsales con Dios".











Aula Santa Teresita:

Santa Teresita nació en Alezón, Normandía, 2 de enero de 1873 – falleció en Lisieux, Normandía, 30 de septiembre de 1897.Sus padres eran San Luis Martin y Santa María Celia Guérin.
Fue una religiosa carmelita descalza francesa declarada Santa en 1925 y proclamado Doctora de la Iglesia en 1997 por Juan Pablo II. Es representada como religiosa carmelita, abrazando un crucifijo envuelto en rosas.

¿Qué nos enseña Santa Teresita?
Nos enseña un camino para llegar a Dios: la sencillez de alma. Hacer por amor a Dios nuestras labores de todos los días. Tener detalles de amor con los que nos rodean. Esta es la “grandeza” de Santa Teresita. Decía: “Quiero pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra. “El secreto es reconocer nuestra pequeñez ante Dios, nuestro Padre. Tener una actitud de niño al amar a Dios, es decir, amarlo con simplicidad, con confianza absoluta, con humildad sirviendo a los demás. Esto es a lo que ella llama su “caminito”. Es el camino de la infancia espiritual, un camino de confianza y entrega absoluta a Dios.

Aula Santa Escolástica
Escolástica nació en Nursia y desde muy joven se consagró a Dios; después siguió a su hermano San Benito a Subiaco y a Montecassino. En Piumarola, a los pies del monte, estableció su monasterio, como si humildemente hubiera querido detenerse en las faldas de la montaña, en cuya cumbre el hermano había fijado su habitación. Pero, a pesar de estar tan cerca en el lugar y en el afecto, Benito bajaba a visitar a la hermana sólo una vez al año. Es comprensible que Santa Escolástica quisiera detenerse un poco más con su hermano, pero San Benito era muy riguroso en el cumplimiento de la regla que él mismo se había impuesto.














Aula San Plácido
San Plácido fue un monje y discípulo del bienaventurado abad Benito, junto con sus hermanos, Eutiquio y Victorino, con su hermana Flavia y con los monjes Donato, Firmato el diácono, Fausto y otros treinta. Fue martirizado por los piratas en Mesina en una época en que las persecuciones contra los cristianos eran muy frecuentes. Su padre Tértulo le confió a San Benito en el monasterio de Monte Casino. Fue el discípulo predilecto del Santo, juntamente con San Mauro. 











Existe un milagro que vinculó de por vida a Benito, Mauro y Plácido. Se afirma que un día Plácido se encontraba tomando agua del lago, accidentalmente cayó y fue arrastrado rápidamente por la corriente. A pesar de que Benito se encontraba a una buena distancia del lago, milagrosamente supo lo que había sucedido y de inmediato ordenó a otro monje,  Maurus, correr hacia el lago para salvar a Plácido. Cuando Maurus llegó al lago – sin pensarlo- corrió sobre la superficie del agua, agarró a Plácido por el pelo y lo arrastró hasta la orilla. Sólo se dio cuenta de que había caminado sobre el agua después de que él estaba ya de vuelta en tierra. San Gregorio Magno escribe que Maurus “se maravilló y tenía miedo de lo que había hecho.”


Y aquí es donde las cosas se ponen todavía más extrañas. Hablando sobre el evento más tarde ese mismo día, Maurus insistió en que difícilmente había estado consciente de caminar sobre el agua mientras lo hizo. Plácido por su parte afirmó que la persona que lo había sacado del agua en el medio del lago no llevaba puesta la ropa de Maurus, sino la de Benito. En otras palabras, de alguna manera misteriosa, aunque Maurus había sido el que fue al lago, Benito había trabajado milagrosamente a través de él para caminar sobre las aguas y salvar a Plácido.

ALUMNOS:
 NAYLA, KROMM;
 RODRIGO OLIVO;
 LUCAS ROBIROSA,
 SANTIGO REGNER
                                    

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